Pocos quedan indiferentes ante la estampa de la Casa Consistorial de Corvera, que se alza en un punto elevado a las afueras de Nubledo, la capital del concejo. Situado en la ladera de una colina, cerca de la fuente de La Consolación y rodeado parcialmente de bosques, el edificio está prácticamente aislado. Además su singular concepción arquitectónica, con una torre más propia de iglesia o de palacio, no tiene paralelos en la comarca. La inspiración estética trae a la memoria planteamientos neomedievales, por la decoración de cuñas verticales que recuerdan las saeteras para lanzar flechas.
Este singular edificio, que justo cumple 30 años, tiene más peculiaridades. Pese a sus tres décadas de uso, nunca se llegó a inaugurar, por las circunstancias de cambio político que coincidieron con su construcción. Fueron esas mismas circunstancias las que determinaron que hoy esté «en medio de la nada». El Ayuntamiento formaba parte de un ambicioso proyecto de urbanización, para un terreno de unos 127.000 metros cuadrados, que incluía una zona residencial y edificios públicos.
Alberto León todavía guarda como oro en paño el acta del Pleno en el que se adjudicó la construcción del Consistorio por poco más de 24 millones de pesetas. Corría el año 1975, y el hoy concejal del PP era el alcalde de Corvera. «El anterior edificio se nos quedaba pequeño, por eso decidimos construir uno nuevo», explica. Que se ubicase en Nubledo fue una imposición: tenía que ser en la capital del concejo, como el anterior. El Ayuntamiento compró entonces parcelas hasta sumar los 127.000 metros cuadrados que estaban destinados a convertirse en un área de expansión del municipio.
Los arquitectos Gemar y Somolinos presentaron varios proyectos para el edificio consistorial, y el equipo de gobierno eligió uno de ellos, el que se construyó entre los años 1975 y 1978. Alberto León no llegó a ocupar el despacho de Alcaldía. La proximidad de las primeras elecciones democráticas municipales (que se celebraron el 3 de abril de 1979) hizo que León tuviera que dimitir con seis meses de antelación, para poder presentarse después liderando la lista de la UCD. El primero que se sentó en el sillón fue Lamberto Flórez, que era entonces el teniente de alcalde. El siguiente ya sería Luis Belarmino Moro, que ganó entonces las elecciones con el PSOE (al conseguir un concejal más que Alberto León) y que ahora regresó al Ayuntamiento como número uno de la USPC.
La construcción del edificio causó desconcierto en muchos vecinos de Corvera, que lo veían demasiado grande. «Preguntaban que para qué hacía falta tanto espacio. Menos mal que lo hicimos grande, enseguida hubo que hacer reformas interiores para que cupiera todo», señala León. Fueron años de frenética actividad en el concejo que Alberto León recuerda con claridad: «Cuando entré de concejal, en 1967, sólo había una calle asfaltada en Las Vegas. En seis años, entre 1973 y 1979, se hizo una labor increíble, y fue gracias al equipo de concejales y de técnicos».
La Nueva España. Nubledo, Elisa CAMPO
Este singular edificio, que justo cumple 30 años, tiene más peculiaridades. Pese a sus tres décadas de uso, nunca se llegó a inaugurar, por las circunstancias de cambio político que coincidieron con su construcción. Fueron esas mismas circunstancias las que determinaron que hoy esté «en medio de la nada». El Ayuntamiento formaba parte de un ambicioso proyecto de urbanización, para un terreno de unos 127.000 metros cuadrados, que incluía una zona residencial y edificios públicos.
Alberto León todavía guarda como oro en paño el acta del Pleno en el que se adjudicó la construcción del Consistorio por poco más de 24 millones de pesetas. Corría el año 1975, y el hoy concejal del PP era el alcalde de Corvera. «El anterior edificio se nos quedaba pequeño, por eso decidimos construir uno nuevo», explica. Que se ubicase en Nubledo fue una imposición: tenía que ser en la capital del concejo, como el anterior. El Ayuntamiento compró entonces parcelas hasta sumar los 127.000 metros cuadrados que estaban destinados a convertirse en un área de expansión del municipio.
Los arquitectos Gemar y Somolinos presentaron varios proyectos para el edificio consistorial, y el equipo de gobierno eligió uno de ellos, el que se construyó entre los años 1975 y 1978. Alberto León no llegó a ocupar el despacho de Alcaldía. La proximidad de las primeras elecciones democráticas municipales (que se celebraron el 3 de abril de 1979) hizo que León tuviera que dimitir con seis meses de antelación, para poder presentarse después liderando la lista de la UCD. El primero que se sentó en el sillón fue Lamberto Flórez, que era entonces el teniente de alcalde. El siguiente ya sería Luis Belarmino Moro, que ganó entonces las elecciones con el PSOE (al conseguir un concejal más que Alberto León) y que ahora regresó al Ayuntamiento como número uno de la USPC.
La construcción del edificio causó desconcierto en muchos vecinos de Corvera, que lo veían demasiado grande. «Preguntaban que para qué hacía falta tanto espacio. Menos mal que lo hicimos grande, enseguida hubo que hacer reformas interiores para que cupiera todo», señala León. Fueron años de frenética actividad en el concejo que Alberto León recuerda con claridad: «Cuando entré de concejal, en 1967, sólo había una calle asfaltada en Las Vegas. En seis años, entre 1973 y 1979, se hizo una labor increíble, y fue gracias al equipo de concejales y de técnicos».
La Nueva España. Nubledo, Elisa CAMPO