Luis Solares es, para PSOE e IU, el centro de todas las críticas por cómo ha gestionado sus relaciones con la Unión Social y Progresista de Corvera. Tras las elecciones, dio un portazo en los morros de quienes fueron sus socios de gobierno en el anterior mandato y apoyó al socialista José Luis Vega como alcalde. Un año y medio más tarde, luce con orgullo un acuerdo que le reconcilia con la USPC, a la que llevará a la alcaldía, eso sí, a cambio de mayor cuota de poder y capacidad de decisión en el seno del gobierno local.
-¿Quién y por qué decidió retomar las negociaciones para formar gobierno?
-Fue simultáneo y a partir de conversaciones en principio intrascendentes. Ambas partes coincidíamos en que la situación del concejo se estaba volviendo insoportable, aunque es cierto que no teníamos mucho 'feeling' con la USPC en ese momento. De todos modos, creímos que, si bien no nos habían tratado antes con normalidad, la situación de Corvera se estaba deteriorando mucho, y más cuando una de las partes del Gobierno estaba rompiendo la cuerda.
-¿Izquierda Unida?
-Sí claro. Veíamos que el PSOE intentaba trabajar, hacer cosas, pero que IU lo impedía por su filosofía anticuada y rancia, por ese marxismo que no deja evolucionar al Gobierno. Si esa política social marxista de la que hablan son convenios urbanísticos como el de Solís o la plaza de las Cuatro Estaciones, me quedo con nuestra ideología liberal.
-Un problema de ideología.
-Como partido liberal que somos creemos que el único modelo válido es ese. Si hubiese uno mejor lo aceptaríamos, pero el marxismo está caduco. Por ejemplo, lo que no podemos consentir como Partido Popular es que, eso que ellos llaman principios, se superponga a los intereses de los ciudadanos y pretendan que un proyecto como el de la piscina sea gestionado directamente por el Ayuntamiento con un coste anual de 60 millones de pesetas. Creemos que esa gestión la tienen que asumir profesionales del sector, no por personal municipal que no esté cualificado para ello. Eso fue la gota que colmó el vaso, no podíamos permitir que nos destrocen la piscina. Si no presentáramos la moción de censura, llegaríamos a las próximas elecciones con el PSOE e IU inaugurando las obras que iniciamos el Partido Popular y la USPC, y todo ello con una política de tierra quemada.
-Ahora, les ha llevado dos o tres meses acordar mayor cuota de responsabilidad que en el anterior mandato.
-El PP tendrá más peso específico dentro del equipo de Gobierno, y eso es bueno porque la USPC es un partido con gente socialista, socialdemócrata y liberal que va a contar con la ayuda del PP, una fuerza liberal, progresista y abierta. La USPC se beneficiará de ello, porque ya está probado que fuimos un socio fiel y los logros están ahí. Gracias al PP tenemos la infraestructura más importante de la historia del concejo, un referente social, deportivo y de ocio para la comarca y para la región, con dos piscinas, gimnasio diáfano, salas 'spinning' y 'aerobic', saunas, cafetería...
-A la hora de negociar, ¿se discutió la figura de Moro como alcalde?
-Sí, se discutió.
-¿Pidieron un alcalde del PP?
-Eso es algo que siempre se valora. El PP tenía que pedir el máximo.
-¿Hablaron del pleito que mantiene con Luis Belarmino Moro?
-No. La verdad que ni pensamos en ello, porque pensábamos en algo más importante. Un juicio sólo sirve para dar la razón a una persona y lo que nos jugábamos era el bienestar de muchas personas.
-Si Moro se lo pidiera, ¿retirará el pleito?
-No hace falta que me lo pida. El acuerdo es el reconocimiento implícito de que a mí nadie me dio 20 millones de pesetas por echarlo y apoyar al PSOE en su momento. Al reconocerme como interlocutor reconoce que sus palabras no eran ciertas.
-¿Se debían a que tuvo un mal momento?
-No. Tal vez yo habría hecho lo mismo. Cogió una gran perreta, quizá porque las negociaciones que iniciamos tras las elecciones no salieron como él quería, pero no va más allá de eso. No pasa nada.
Alberto León no apoya la moción de censura, ¿qué va a pasar?
-Él está en el PP como independiente, y tiene un documento en el que puede votar libremente en cuestiones de conciencia, no de gestión. Él verá si esto es una cuestión de conciencia. Si se pasa de la raya con esa libertad de voto ya veríamos lo que tendríamos que hacer.
-¿Cree que el pacto de gobierno resolverá la tormenta que provocó su apoyo al PSOE en el seno de la agrupación local del partido?
-Lo que ocurrió es que en el PP hay gente que no se dio cuenta de que la política es muy compleja, que no siempre es 'dos más dos igual a cuatro'. No entendieron que aquella postura no era más que de negociación, de evitar un sometimiento a otra formación. Supongo que si se enfadaron porque entonces no se llegó a un acuerdo, ahora estarán locos de contentos porque el acuerdo es más beneficioso. Entonces me reprochaban que se puso de alcalde al Partido Socialista y a gobernar a 'los comunistas', pero la política es el arte de lo posible, y lo que ayer era blanco hoy puede ser gris, pero nunca negro.
-¿Quién y por qué decidió retomar las negociaciones para formar gobierno?
-Fue simultáneo y a partir de conversaciones en principio intrascendentes. Ambas partes coincidíamos en que la situación del concejo se estaba volviendo insoportable, aunque es cierto que no teníamos mucho 'feeling' con la USPC en ese momento. De todos modos, creímos que, si bien no nos habían tratado antes con normalidad, la situación de Corvera se estaba deteriorando mucho, y más cuando una de las partes del Gobierno estaba rompiendo la cuerda.
-¿Izquierda Unida?
-Sí claro. Veíamos que el PSOE intentaba trabajar, hacer cosas, pero que IU lo impedía por su filosofía anticuada y rancia, por ese marxismo que no deja evolucionar al Gobierno. Si esa política social marxista de la que hablan son convenios urbanísticos como el de Solís o la plaza de las Cuatro Estaciones, me quedo con nuestra ideología liberal.
-Un problema de ideología.
-Como partido liberal que somos creemos que el único modelo válido es ese. Si hubiese uno mejor lo aceptaríamos, pero el marxismo está caduco. Por ejemplo, lo que no podemos consentir como Partido Popular es que, eso que ellos llaman principios, se superponga a los intereses de los ciudadanos y pretendan que un proyecto como el de la piscina sea gestionado directamente por el Ayuntamiento con un coste anual de 60 millones de pesetas. Creemos que esa gestión la tienen que asumir profesionales del sector, no por personal municipal que no esté cualificado para ello. Eso fue la gota que colmó el vaso, no podíamos permitir que nos destrocen la piscina. Si no presentáramos la moción de censura, llegaríamos a las próximas elecciones con el PSOE e IU inaugurando las obras que iniciamos el Partido Popular y la USPC, y todo ello con una política de tierra quemada.
-Ahora, les ha llevado dos o tres meses acordar mayor cuota de responsabilidad que en el anterior mandato.
-El PP tendrá más peso específico dentro del equipo de Gobierno, y eso es bueno porque la USPC es un partido con gente socialista, socialdemócrata y liberal que va a contar con la ayuda del PP, una fuerza liberal, progresista y abierta. La USPC se beneficiará de ello, porque ya está probado que fuimos un socio fiel y los logros están ahí. Gracias al PP tenemos la infraestructura más importante de la historia del concejo, un referente social, deportivo y de ocio para la comarca y para la región, con dos piscinas, gimnasio diáfano, salas 'spinning' y 'aerobic', saunas, cafetería...
-A la hora de negociar, ¿se discutió la figura de Moro como alcalde?
-Sí, se discutió.
-¿Pidieron un alcalde del PP?
-Eso es algo que siempre se valora. El PP tenía que pedir el máximo.
-¿Hablaron del pleito que mantiene con Luis Belarmino Moro?
-No. La verdad que ni pensamos en ello, porque pensábamos en algo más importante. Un juicio sólo sirve para dar la razón a una persona y lo que nos jugábamos era el bienestar de muchas personas.
-Si Moro se lo pidiera, ¿retirará el pleito?
-No hace falta que me lo pida. El acuerdo es el reconocimiento implícito de que a mí nadie me dio 20 millones de pesetas por echarlo y apoyar al PSOE en su momento. Al reconocerme como interlocutor reconoce que sus palabras no eran ciertas.
-¿Se debían a que tuvo un mal momento?
-No. Tal vez yo habría hecho lo mismo. Cogió una gran perreta, quizá porque las negociaciones que iniciamos tras las elecciones no salieron como él quería, pero no va más allá de eso. No pasa nada.
Alberto León no apoya la moción de censura, ¿qué va a pasar?
-Él está en el PP como independiente, y tiene un documento en el que puede votar libremente en cuestiones de conciencia, no de gestión. Él verá si esto es una cuestión de conciencia. Si se pasa de la raya con esa libertad de voto ya veríamos lo que tendríamos que hacer.
-¿Cree que el pacto de gobierno resolverá la tormenta que provocó su apoyo al PSOE en el seno de la agrupación local del partido?
-Lo que ocurrió es que en el PP hay gente que no se dio cuenta de que la política es muy compleja, que no siempre es 'dos más dos igual a cuatro'. No entendieron que aquella postura no era más que de negociación, de evitar un sometimiento a otra formación. Supongo que si se enfadaron porque entonces no se llegó a un acuerdo, ahora estarán locos de contentos porque el acuerdo es más beneficioso. Entonces me reprochaban que se puso de alcalde al Partido Socialista y a gobernar a 'los comunistas', pero la política es el arte de lo posible, y lo que ayer era blanco hoy puede ser gris, pero nunca negro.