La Nueva España
El presidente del PP asturiano, Ovidio Sánchez, no irá en la lista de su partido a las elecciones europeas que se celebrarán el próximo mes de junio. El comité electoral de los populares anunció ayer la composición de la candidatura, en la que sí entra el gijonés Salvador Garriga, en el puesto número 22, un lugar que no le garantiza su elección toda vez que España en estas elecciones perderá cuatro escaños respecto a las elecciones celebradas en 2005.El principal argumento de Génova para no incluir a Ovidio Sánchez en la lista europea ha sido su condición de presidente regional. Además, los populares necesitaban incorporar a su lista a varias mujeres para cumplir la normativa vigente, una condición que sí reúne Rosa Estarás, presidenta del PP en Baleares, que sí ha encontrado un hueco en la «eurolista» popular en un puesto fijo de salida, el número 10.
Otro obstáculo añadido es que en la lista europea resulta más difícil entrar que mantenerse. De hecho, en los puestos de elección probable, los primeros 22, continúa un total de dieciséis europarlamentarios. El gijonés Salvador Garriga ha conseguido mantenerse en la lista, precisamente en el puesto número 22, un lugar que no le garantiza su presencia en Bruselas, pues los sondeos electorales dan a los populares una horquilla entre 21 y 23 diputados en las elecciones del próximo mes de junio. Se da la circunstancia de que España perderá en el futuro Europarlamento cuatro escaños, pasando de 54 a 50 diputados. No obstante, existe un acuerdo político para que durante la legislatura España pueda recuperar dos, lo que favorecería las opciones de Garriga en el caso de que el 7-J no consiga revalidar su acta. La composición de la candidatura europea del PP refleja el peso de Asturias en su organización nacional, bastante reducido, una circunstancia que el propio Ovidio Sánchez nunca ha ocultado. Al final, las expectativas más pesimistas de la cúpula del PP regional se han cumplido y su presidente se ha quedado fuera de una lista cuya elaboración ha resultado «más reñida que nunca por las exigencias territoriales», según reconoció a LA NUEVA ESPAÑA el propio Salvador Garriga antes de conocer su composición.