La pinza PP-PNV infligió ayer al PSOE su primera gran derrota parlamentaria de la legislatura. La oposición consiguió doblegar al Gobierno en el Pleno del Congreso, dejando a José Luis Rodríguez Zapatero en una posición muy complicada para afrontar, en dos semanas, el debate sobre el Estado de la Nación. Sin embargo, pese a que los populares celebraron con aplausos el resultado de la votación, su primera victoria llega a costa de una controvertida moción por la que se insta al Ejecutivo a suprimir un Ministerio en 2010.
En una estampa que hubiera resultado imposible hace apenas unos meses, el PP unió sus votos a los nacionalistas CiU, ERC, BNG y Nafarroa Bai para aprobar una iniciativa del PNV que se inmiscuye en las competencias del poder Ejecutivo. Los socialistas recibieron el apoyo de Rosa Díez, Coalición Canaria, IU y UPN, pero la ausencia de nueve diputados en sus filas les condenó a la derrota.
El PSOE reaccionó con amargura, y su portavoz, José Antonio Alonso, acusó al PP de apoyar una moción “inconstitucional e ilegal” de los nacionalistas vascos. Antes de la votación, Alonso había apelado al pacto de Gobierno en el País Vasco para que los populares no respaldaran la iniciativa del PNV. Sin embargo, Soraya Sáenz de Santamaría justificó su posición como “un ejercicio de congruencia”. “Llevamos tiempo pidiendo menos ministerios y menos vicepresidencias”, aseguró.
Pese a que la moción insta a la “reducción de la estructura actual del Gobierno en, al menos, un ministerio de los actualmente existentes”, Alonso afirmó que Zapatero es el único que puede decidir sobre su Gabinete, y descartó que esta iniciativa se vaya a llevar a efecto. El portavoz socialista basó su argumentación en el Artículo 100 de la Constitución, que establece que los miembros del Gobierno “serán nombrados y separados por el Rey, a propuesta de su Presidente”; así como en el Artículo 98, que recoge que “el Presidente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros del mismo”.
La oposición amenaza con cambiar la fecha del debate del Estado de la Nación
Por otra parte, los socialistas podrían haber encajado ayer una segunda derrota, si no se hubieran sumado a una rebaja de impuestos que, a priori, rechazaban de plano. Para evitar el revolcón, el PSOE respaldó una iniciativa del PP, enmendada por BNG, para que se adapten los métodos de cálculo del IRPF e IVA a la situación de crisis que padecen las pymes y autónomos.
La debilidad del Gobierno en el Parlamento se escenificó también en la Junta de Portavoces. El Ejecutivo todavía no ha comunicado oficialmente la fecha del debate sobre el Estado de la Nación, pese a que Zapatero lo anunció para los días 12 y 13 de mayo. Todos los grupos parlamentarios, a excepción del PSOE, mostraron ayer su malestar por la actitud del Gobierno, y plantearon la posibilidad de cambiar la fecha propuesta. Josu Erkoreka, portavoz del PNV, decidido a no dar tregua al PSOE por la pérdida del poder en el País Vasco, aseguró ayer que los grupos de la oposición podrían retrasar la celebración del debate, trastocando así los planes de Zapatero.
Si la oposición impide que tenga lugar los días 12 y 13 de mayo, debería aplazarse hasta después de las elecciones europeas, algo que Zapatero quiere evitar a toda costa, dadas las escasas posibilidades de victoria electoral que muestran las encuestas. En todo caso, aunque el debate se lleve a cabo en mayo, el PSOE se enfrenta a que en las llamadas propuestas de resolución, que tienen lugar tras el cara a cara parlamentario, la oposición le castigue con un buen número de derrotas.
En una estampa que hubiera resultado imposible hace apenas unos meses, el PP unió sus votos a los nacionalistas CiU, ERC, BNG y Nafarroa Bai para aprobar una iniciativa del PNV que se inmiscuye en las competencias del poder Ejecutivo. Los socialistas recibieron el apoyo de Rosa Díez, Coalición Canaria, IU y UPN, pero la ausencia de nueve diputados en sus filas les condenó a la derrota.
El PSOE reaccionó con amargura, y su portavoz, José Antonio Alonso, acusó al PP de apoyar una moción “inconstitucional e ilegal” de los nacionalistas vascos. Antes de la votación, Alonso había apelado al pacto de Gobierno en el País Vasco para que los populares no respaldaran la iniciativa del PNV. Sin embargo, Soraya Sáenz de Santamaría justificó su posición como “un ejercicio de congruencia”. “Llevamos tiempo pidiendo menos ministerios y menos vicepresidencias”, aseguró.
Pese a que la moción insta a la “reducción de la estructura actual del Gobierno en, al menos, un ministerio de los actualmente existentes”, Alonso afirmó que Zapatero es el único que puede decidir sobre su Gabinete, y descartó que esta iniciativa se vaya a llevar a efecto. El portavoz socialista basó su argumentación en el Artículo 100 de la Constitución, que establece que los miembros del Gobierno “serán nombrados y separados por el Rey, a propuesta de su Presidente”; así como en el Artículo 98, que recoge que “el Presidente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros del mismo”.
La oposición amenaza con cambiar la fecha del debate del Estado de la Nación
Por otra parte, los socialistas podrían haber encajado ayer una segunda derrota, si no se hubieran sumado a una rebaja de impuestos que, a priori, rechazaban de plano. Para evitar el revolcón, el PSOE respaldó una iniciativa del PP, enmendada por BNG, para que se adapten los métodos de cálculo del IRPF e IVA a la situación de crisis que padecen las pymes y autónomos.
La debilidad del Gobierno en el Parlamento se escenificó también en la Junta de Portavoces. El Ejecutivo todavía no ha comunicado oficialmente la fecha del debate sobre el Estado de la Nación, pese a que Zapatero lo anunció para los días 12 y 13 de mayo. Todos los grupos parlamentarios, a excepción del PSOE, mostraron ayer su malestar por la actitud del Gobierno, y plantearon la posibilidad de cambiar la fecha propuesta. Josu Erkoreka, portavoz del PNV, decidido a no dar tregua al PSOE por la pérdida del poder en el País Vasco, aseguró ayer que los grupos de la oposición podrían retrasar la celebración del debate, trastocando así los planes de Zapatero.
Si la oposición impide que tenga lugar los días 12 y 13 de mayo, debería aplazarse hasta después de las elecciones europeas, algo que Zapatero quiere evitar a toda costa, dadas las escasas posibilidades de victoria electoral que muestran las encuestas. En todo caso, aunque el debate se lleve a cabo en mayo, el PSOE se enfrenta a que en las llamadas propuestas de resolución, que tienen lugar tras el cara a cara parlamentario, la oposición le castigue con un buen número de derrotas.