El candidato del PP ofreció ayer un mitin en Oviedo -el único en el que participará en Asturias- al que asistieron unos 2.500 enfervorecidos militantes y seguidores, que a duras penas le dejaron hablar en algunos momentos. Un mitin en el que no se habló una palabra de cambio climático, el supuesto eje de su intervención, según había anunciado el PP asturiano. Pero sí hubo promesas, y fue entonces cuando la pugna por el voto territorial en Asturias salió a escena.
Rajoy afirmó entre aplausos: «Yo me ocuparé de Asturias», y remarcó que si gana el 9-M «habrá AVE, no tengan la más mínima duda». Pero hubo un compromiso territorial concreto. Siguiendo el camino marcado en las intervenciones previas por el candidato por Asturias, Gabino de Lorenzo, y el presidente del PP en la región, Ovidio Sánchez, Rajoy aseveró que «habrá inversiones en las cuencas mineras en tiempo y forma, como se hicieron en su día». Un territorio donde el PP está convencido de arrebatar votos al PSOE por la «buena entrada» de De Lorenzo, quien apoyó a los sindicatos mineros en sus reivindicaciones contra el Gobierno central socialista. Si lo consiguiera, según sus cuentas, la victoria en Asturias estaría prácticamente asegurada.
El candidato del PP a la Presidencia del Gobierno ofreció en su mitin «concordia y seguridad». Afirmó que, tras la entrevista con Iñaki Gabilondo, Zapatero «se quitó la careta y le quedó el careto». Añadió que un presidente del Gobierno «no debe meter miedo, ni amenazar con que viene el coco; no puede gobernar con ocurrencias y con improvisaciones».
Rajoy afirmó que «mientras unos se van a dedicar a la tensión y al dramatismo, yo me voy a dedicar, como decía Umbral, a mi libro; es lo único que me importa. Porque tenemos programa. Otros ofrecen 400 euros; yo no voy a regalar euros a nadie, voy a hacer política seria». Y en ese contexto añadió que su libro consiste en «no mirar al pasado, no recordar a Franco, ni la República y la memoria histórica. Me interesa el futuro», para el que comprometió un «proyecto de concordia». Rajoy se refirió a sus propuestas en inmigración y afirmó que quiere «para todos los seres humanos los mismos derechos y oportunidades, pero también las mismas obligaciones y deberes». Y garantizó una política económica que devuelva a España a la senda del crecimiento y de la creación de empleo. «No es un problema de derechas o de izquierdas. España necesita un Gobierno con ideas claras, que tenga ganas, agallas, coraje y determinación para resolver problemas».