
Rajoy afirmó entre aplausos: «Yo me ocuparé de Asturias», y remarcó que si gana el 9-M «habrá AVE, no tengan la más mínima duda». Pero hubo un compromiso territorial concreto. Siguiendo el camino marcado en las intervenciones previas por el candidato por Asturias, Gabino de Lorenzo, y el presidente del PP en la región, Ovidio Sánchez, Rajoy aseveró que «habrá inversiones en las cuencas mineras en tiempo y forma, como se hicieron en su día». Un territorio donde el PP está convencido de arrebatar votos al PSOE por la «buena entrada» de De Lorenzo, quien apoyó a los sindicatos mineros en sus reivindicaciones contra el Gobierno central socialista. Si lo consiguiera, según sus cuentas, la victoria en Asturias estaría prácticamente asegurada.
El candidato del PP a la Presidencia del Gobierno ofreció en su mitin «concordia y seguridad». Afirmó que, tras la entrevista con Iñaki Gabilondo, Zapatero «se quitó la careta y le quedó el careto». Añadió que un presidente del Gobierno «no debe meter miedo, ni amenazar con que viene el coco; no puede gobernar con ocurrencias y con improvisaciones».
Rajoy afirmó que «mientras unos se van a dedicar a la tensión y al dramatismo, yo me voy a dedicar, como decía Umbral, a mi libro; es lo único que me importa. Porque tenemos programa. Otros ofrecen 400 euros; yo no voy a regalar euros a nadie, voy a hacer política seria». Y en ese contexto añadió que su libro consiste en «no mirar al pasado, no recordar a Franco, ni la República y la memoria histórica. Me interesa el futuro», para el que comprometió un «proyecto de concordia». Rajoy se refirió a sus propuestas en inmigración y afirmó que quiere «para todos los seres humanos los mismos derechos y oportunidades, pero también las mismas obligaciones y deberes». Y garantizó una política económica que devuelva a España a la senda del crecimiento y de la creación de empleo. «No es un problema de derechas o de izquierdas. España necesita un Gobierno con ideas claras, que tenga ganas, agallas, coraje y determinación para resolver problemas».